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   LEONARDO
   fruto, la Reforma espanola, la nueste©., la indigena, y no la traducida del alemàri luterano, se habria hecho. Qué ? No fueron acaso los misticos flamencos y ale-manes del siglo XIV, los Eckart, Seuse, Groot, Ruy-sbroeck, el autor dela 'Iheologia deutsch, los predeceso res de Lutero ? No fué la Reforma una reacción contra el espiritu racionalista, pagano, católico, del Renaci-miento, reacción llevada y movida a la vez por el Re-nacimento mismo ? Pues asi nuestra mistica preparò una Reforma espanola, que estamos aun aguardando no pocos espaiìoles.
   Hay en uno delos trabajos en prosa de su admira-ble Carducci — uno de mis autores favoritos — un paralelo de tres hombres frente a otros tres. De un lado el Dante, Lutero y Rousseau y frente à ellos Petrarca, Erasmo y Voltaire, y es admirable lo que Carducci dice al respecto. Pues bien, yo digo que Petrarca, Erasmo y Voltaire eran católicos. Si, Voltaire fué católico, y nada hay mas católico que el volterianismo. Hoy el vol-terianismo es la fé intima dela Iglesia Católica, por lo menos en Espana.
   Porque aqui, en Espana, es hoy el catolicismo una mentirà, una pura mentirà. Si Don Quijote resucitara respetaria la fé de Sancho, pero cerraria contra las do-ctrinas de los curas. La religión domèstica, la de las madres ignorantes, le mereceria respeto, hasta con sus mas groseras supersticiones materialistas — necesitan materializar el ideal, ver, tocar lo inefable — pero aco-meteria contra la farsa de las sefioras de director espiritual y que forman asociaciones para protestar de està ó aquella medida liberal del gobierno. Acabaria él, D. Quijote, con el jesuitismo moderno, que ha empaftado hasta la figura de San Ignacio. Si este, mi noble paisano, resucitara i qué diria de los menguados que llevan su nombre corno ensefla ?
   No, no soy católico, y Dios me libre de caer en serio. No soy católico, pero tanto corno el catolicismo eclesiàstico me asusta y repugna el otro, el que se